En los diversos aspectos de la fotografía, uno de los conceptos más difíciles de transmitir es la vida. No solo representar la vida, si no también formar parte de ella. Esta es mi experiencia como fotógrafo en málaga.
La fiesta de la vida
Cuando me refiero a la fiesta de la vida, quiero hablar de todos esos momentos que se comparten, de esos momentos que disfrutas con la gente que quieres, la gente que amas. Cuando se hace una foto o se piensa en ella, siempre ponemos la mirada en el pasado, es una manera directa de recordar y disfrutar de los momentos que pasaron, instantes efímeros llenos de felicidad capturados para la posteridad.
Pero una fotografía no es sólo ese instante. Es una promesa al futuro, de todo lo que ese momento va a desarrollar. De toda la vida que va a crecer a partir de ese momento y todos esos momentos se viven de diferente manera.
A veces se viven solo, nervioso en una habitación mientras te vistes, esperando que llegue el momento de salir y ver por primera vez durante el resto de tu vida a tu mujer.
Otras, es una mirada al océano del pasado, es un instante de melancolía viendo toda la vida que ha pasado. Pero también es una mirada de esperanza al futuro, caminando de la mano de quien amas, con los pies apoyados en la tierra viviendo y disfrutando del presente.
Todos estos instantes de vida, estas promesas de un futuro mejor son parte de la quintaesencia de la fotografía. Parte de todos esos momentos que vivimos y disfrutamos junto a la gente que más queremos.
Las bodas no son sólo ese día, son el antes y después de una nueva vida.
Y la vida, la VIDA se abre paso.